sábado, 7 de febrero de 2009

Una directora en "Crudo"

Es domingo. Son las ocho de la noche y en la bodega del Auditórium los asistentes preparan las cosas para que, en dos horas y media, se de comienzo a una obra fuera de toda clasificación. No hay un límite entre el escenario y las butacas. Hay una pantalla gigante, una cinta de gimnasio, un perchero colmado de ropa y una computadora. "Crudo" camina por la cuerda de lo original, lo sensible y lo cómico. Su protagonista, José Maria Muscari, advierte en los carteles publicitarios que no es ficción ni realidad. Entre la multitud se ve a la directora de la obra, Mariela Asencio llegando al teatro. A pesar de la constante amenaza del reloj, accede a dialogar unos minutos.

¿Cómo surgió “Crudo”?
- Todo comenzó porque José Maria Muscari tenía ganas de actuar en un unipersonal y tenía unas reflexiones escritas de diferentes temas. Entonces me propuso si yo quería dirigirlo. A mi lo que me interesaba, también era escribir. Me gusta dirigir cuando participo de la dramaturgia. Entonces, el me dio sus reflexiones, a partir de esos temas yo empecé a armar, agregar y cambiar cosas. Desde ese momento, comencé a tramar como hacer una obra a partir de sus ideas. O sea, a partir de sus escritos armé el dispositivo de lo que se ve en Crudo. Todos los temas tocados en la obra se dividen en capítulos. Fue un proceso bastante intenso. Eso me resulta divertido de la obra, que el hable en primera persona de cosas que a él le pasaban pero que yo también pienso.

Algo que me resultó interesante fue cuando comencé a armar Crudo y sentí esa necesidad que se comunique con sus padres. Era una instancia por la que la obra tenía que pasar. Al principio resulto raro, pero después se fue naturalizando. También se me ocurrió el ir a filmar a sus padres, porque creía como la obra tiene que ver con su familia. El video dura ocho minutos, pero el master era de horas. Fue super interesante.

¿Cómo es trabajar con Muscari?
- Muy bien, muy normal. En si porque se entregó y confió mucho a lo que yo le propuse. O sea, no hubo que lidiar, el siempre estuvo muy abierto a mis ideas. Lo increíble es como dejó por un momento la dirección para probar la actuación y como logró dejarse llevar. Lo bueno es que también propone su mirada y aporta su mundo interior. Resulta fácil trabajar con personas como él, que pueden entregarse de lleno. La amistad que yo tengo con José Maria también facilita el trabajo de dirigir Crudo porque yo lo conozco, se como piensa y como reaccionaría.

¿Resulta difícil dirigir a un director?
- Depende de cada persona. Muchas veces hay actores que no son directores, pero que son difíciles de dirigir. Lo que muchas veces pasa es que cuando tenes un “training” como director, resulta muy difícil pasar a otra cosa. Me encanta dirigir y más, cuando uno trabaja con actores que están dispuestos a llevar a cabo tus propuestas, resulta gratificante. Hace años que con Muscari trabajamos juntos, y esta es la primera vez que lo dirijo. Nos va muy bien trabajando juntos, porque tenemos una visión operativa muy parecida, somos muy concretos y obsesivos.

¿Cómo se logró el equilibrio escénico en un espacio que no es utilizado de forma corriente?
- En realidad la obra tiene mucho que ver con una búsqueda que hago en todas mis obras. Es una huella que dejo. Tiene que ver con encontrar momentos de intimidad o actividades cotidianas, ese aspecto de show histriónico hacia afuera. Es ver como aquello intrascendente se transforma en algo para que todos vean. A mí me interesaba trabajar sobre la idea musical y audiovisual, y en Crudo aparece una compensación entre todos esos lenguajes. Mi fin era lograr una obra íntima sin perder la idea de show.

¿Han recibido quejas sobre alguno de los temas tratados en la obra?
- Lo raro que sucede con Crudo es que la gente en vez de ponerse en contra de lo que se está diciendo, se siente cómplice de lo que pasa en escena. El público siente la obra como propia. La gente se refleja en cómo uno se relaciona con su propia vida, su realidad, su familia y con su cuerpo. El público se conecta de un modo muy sensible con la obra se sienten cómplices de ese ser que esta exponiéndose.

Crudo es tan íntimo y sensible que no da lugar al enojo. Es una obra del aquí y ahora. Es una gran partitura, en donde nada está librado al azar, pero a la vez tiene tanto que ver con el tiempo presente que provoca modificación. Puede darse que un día no te ande Internet, que no se pueda hacer el llamado a la madre o que algo que le haya dicho su mamá le haya modificado en algo. Todo esto hace que sea una obra muy viva, muy real.

¿Qué te motivó a traer a Crudo?
- En principio, por la propuesta del Auditórium y, además, “La Bodega” es un espacio de expresión muy bueno. Crudo es una obra relativamente fácil de mover, por su estructura. Somos un equipo que ha viajado mucho por distintas ciudades del país, lo que nos dio mucho training. También nos interesaba que otro tipo de público nos venga a ver, y realmente nos está yendo muy bien.

Profundizando sobre uno de los temas tratados en la obra, ¿cuál es tu opinión sobre la adopción en parejas homosexuales?
- A mi me parece que la sexualidad es una elección privada de cada persona y no tiene nada que ver con que personas del mismo sexo quieran tener un hijo; me parece bien que lo tengan, no me parece que tenga que haber una restricción. Tampoco creo que al chico le vaya a hacer mal vivir con una pareja del mismo sexo. El planteo que un niño no esté bien en ese tipo de hogar, me parece que es una muletilla para evitar hacerse cargo de una postura discriminatoria. No es absurdo pensar que dos personas pueden dar amor a otro individuo. Es tener una mente cerrada, que tiene miedo a lo diferente.

El amor es el amor en todos los casos. Al adoptar, lo que realmente importa es que dos personas sean capaces de dar amor y tengan las ganas, el tiempo, los medios y la predisposición para brindarle a ese niño una mejor vida. Creo que todas las personas que se aman tienen derecho a construir su vida como quieran. Además, hay que tener en cuenta que los niños de padres de un mismo sexo son tan iguales como cualquier chico criado en una familia heterosexual.

¿Proyectos para el 2009?
En Buenos Aires estoy con Mujeres en el baño que se está presentando en el teatro Picadilly todos los viernes y sábados.

Estoy terminando de escribir Mujeres en el aire que forma parte de trilogía llamada Mujeres en 3D (Mujeres en el baño, Mujeres en el aire y Mujeres en ningún lugar).
Candela Castillo.

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