sábado, 7 de febrero de 2009

Música celta y rioplatense

En Mar del Plata, donde confluyen diversos géneros musicales, visitamos distintos escenarios para poder equiparar e interpretar la música que muchas veces es olvidada o elegida, solo por algunos. Ambos estilos musicales trascienden, provocando sentimientos que acompañan un estilo de vida. Fue así como llegamos a la música celta de “Avalon Land” y los sonidos rioplatenses de “Tango Furia”, de la mano de Emmanuel Marín. En reuniones interesantes nos decían como sus variaciones musicales los hacen únicos.

¿Qué tipos de sonidos caracteriza a Avalon Land?
-La esencia del grupo es transmitir el legado musical de los pueblos celtas, respetando este género, pero a la vez recreándolo con composiciones propias. Tomamos las modalides musicales celtas, el tipo de expresión, siempre respetamos la base y sobre eso hacemos ajustes propios. Muchos temas que son tradicionales los transmitimos tal como son. Básicamente, estamos centrados en transmitir una ideología espiritual.

¿Cómo aprendieron y de donde surge la idea de hacer música celta?
Mis abuelos, mis bisabuelos… son todos celtas, de origen gallego. Por lo tanto fui criada en ese ámbito y aprendí mucho de lo que ellos transmiten. A esto se le suma todo lo investigado y experimentado. En muchos viajes pudimos rescatar y aprender lo que hoy conforma Avalon.

¿Qué intententa transmitir y recrear la música celta?
-Busca, por sobre todas las cosas, transmitir la esencia de los pueblos celtas, dado que es una cultura previa a la construcción de las pirámides de Egipto. Dicha cultura se transmite de boca en boca por medio de las mujeres. Siempre se mantiene la base de la vida comunitaria en relación a la naturaleza y la cosmogonía, haciendo al hombre parte de la inmensidad que nos rodea. No pretendemos seducir, sino impactar.

¿Tratan de que la gente que los escucha se involucre con la música?
-En realidad no hacemos ningún esfuerzo para que se involucren. Eso sucede solo. Esta música tiene lenguaje propio. No utilizamos ningún tipo de modificador de sonidos, no hay aparatología, no hay trampas, no hay seducción artificial. Cada persona que se interesa es un mundo propio y percibe el sonido de la manera que quiere. Sucede también que, con este tipo de género musical, donde hay un lenguaje muy simple y llano, las personas se terminan involucrando y canalizando el sonido hacia un lugar individual.

Tenemos un público muy variado, hay gente joven, niños y abuelos. En general buscan cosas nuevas y están agotados de géneros ya sin variación musical. En nuestros conciertos siempre vas a encontrar diversidad. Nos motiva a seguir la música, el amor por lo que hacemos, el respeto y, sobretodo, la necesidad de expresarnos.

¿En Mar del Plata, hay muchas agrupaciones?
-Que yo sepa hay cuatro. La más antigua es Avalon, luego yo creé otra agrupación. Es de carácter femenino, un dúo. Tiene un perfil más dulce, porque el instrumento utilizado es un arpa, lo que genera música más celestial. También hay otra formación que hace Folk-Celta, que salió del centro Gallego de Mar del Plata.


La furia del Tango

¿Cómo surge en vos bailar tango?
-En realidad, yo arranco a bailar tango a los 8 años, por una inquietud más hacia el folklore. Todo surge cuando fui con mi mamá a ver a Maximiliano Guerra, quedé tan impresionado que le pregunté a ella si yo también podía bailar. De ahí, me anoté en La Escuela Municipal de Danza, donde bailaba folklore y danza clásica. Una noche mi mamá quería incursionar en el tango y la acompañé a la clase, pero siempre como espectador. Resulta que en esa clase, había una nena de 8 o 9 años bailando y, cuando el profesor me ve, enseguida me tomó del brazo y me puso a bailar. Y, al final, mi mamá terminó pagándome a mí. Entonces, sin querer, arranque.

¿En qué te inspiras al bailar?
-Los recursos en los cuales me baso para bailar son varios, primero me dejo llevar por la música, los sentimientos y la emoción. Después en el armado de alguna coreografía, siempre vas buscando una temática distinta para desarrollar dentro del baile. Pero básicamente, la expresión se basa en lo que me hace sentir la música.

El aprendizaje del tango es muy solicitado. ¿Por qué se produce este fenómeno con un género que era olvidado?
-Hoy por hoy está comprobado que el tango tiene muchos beneficios, tanto terapéuticos como psicológicos. Hay mucha gente que hace tango por terapia, o por salud. Después está la gente joven, que si bien se acercan de a poco, hay nuevas tendencias que hacen que se incorporen y se involucren cada vez más. A todos, en algún momento, el tango les llega. También hay mucha gente grande que lo tiene como una materia pendiente y lo hace ahora.

Tu espectáculo, “Tango Furia”, donde recibiste varios reconocimientos, ¿sentís que te hace crecer como artista?
-Yo creo que “Tango Furia” es un capricho. Siempre tuve ganas de tener mi propia compañía, con varias parejas y hacer un espectáculo, donde se muestre la sensibilidad y la pasión que nos motiva a bailar. No tenemos una orquesta para que justamente sea protagonista el tango; solo en un tema hay un cantante que nos acompaña. Después, es todo baile desde el comienzo hasta el fin, 1:20 bailar sin parar. Surge también como una necesidad, de mostrar todo desde la danza. La idea es mostrar el espectáculo y seguir creciendo como compañía.
¿Cómo es el contacto con el público arriba del escenario?
-Es algo mágico el teatro, en realidad es como si estuvieses dentro de un televisor. Vos bailas y todos te miran. Pero creo que el mayor contacto con el público lo tenés en el aplauso final. También, muchas veces, la gente te espera fuera del teatro y te agradece, te saluda. Con este sentimiento yo me siento realizado creo que la felicidad que me trasmiten es suficiente.

¿Dentro del género podes innovar?
El género es interminable, podes innovar todos los días. El tango te da la posibilidad de combinar movientos, hacer nuevos pasos, nuevas figuras. Se puede también entrelazar con otras danzas, como el jazz, el contemporáneo, el clásico. Esto hace que la danza evolucione y que no termine jamás. Todos los días se aprenden cosas nuevas, depende de uno.
Silvina Rodríguez.

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